Reflexiones en el Día Internacional de la Mujer

Hoy no es un día cualquiera. Hoy es un día en el que es necesario tomarnos un momento y reflexionar sobre la importancia que tiene honrar el Día Internacional de la Mujer como camino para seguir ampliando el nivel de conciencia en temas que, siendo más o menos conocidos, aún no están resueltos y siguen preocupando a muchas empresas.

En este sentido existe un sinfín de conceptos que representan un escollo muy importante a la hora de plantear la igualdad de género y visibilizar el compromiso con la lucha por los derechos de las mujeres en todo el mundo.

El “techo de cristal” y el “piso de arena movedizas” son conceptos que reflejan desafíos específicos que aún enfrentan las mujeres en el mundo laboral:

    1 – Techo de cristal: Este término se refiere a la barrera invisible que impide que las mujeres avancen a puestos de liderazgo y alta dirección en las organizaciones, a pesar de su calificación y experiencia. A menudo, las mujeres encuentran dificultades para ascender a roles de mayor responsabilidad y poder decisional, incluso cuando tienen las habilidades y capacidades necesarias. Esta barrera puede ser el resultado de prejuicios de género arraigados, estereotipos culturales y estructuras organizativas que favorecen a los hombres o excluyen a las mujeres simplemente por lo que se espera de la posición.

    2 – Piso de arena movedizas: Aunque menos conocido que el techo de cristal, este concepto describe los desafíos que enfrentan las mujeres en el nivel más bajo de la jerarquía laboral. Se refiere a la precariedad laboral y la inestabilidad que muchas mujeres enfrentan en trabajos mal remunerados, temporales o informales. Estos trabajos suelen carecer de seguridad laboral, beneficios sociales y oportunidades de crecimiento profesional, lo que dificulta que las mujeres avancen económicamente y mejoren su calidad de vida.

Ambos conceptos ilustran las múltiples barreras que aún enfrentan las mujeres en el mundo laboral, tanto en su capacidad para ascender a roles de liderazgo como en su lucha contra la inseguridad y la precariedad en el empleo. Superar estos desafíos requiere un esfuerzo continuo para abordar la discriminación de género, promover la igualdad de oportunidades y crear entornos laborales más inclusivos y equitativos.

Por otro lado existe una controversia en torno a si es válido -o no- tener una fecha para honrar el Día de la Mujer la cual puede surgir de varias perspectivas y puntos de vista. Y existen algunas posibles razones detrás de este debate:

    1 – ¿Es necesario un día específico? Algunas personas argumentan que contar con el Día de la Mujer puede ser percibido como una acción simbólica sin un impacto real en la igualdad de género. Cuestionan si asignar un día específico es suficiente para abordar los problemas sistémicos de discriminación y desigualdad que enfrentan las mujeres en la sociedad.

    2 – Estereotipos de género: Algunas personas ven en este día una reafirmación de los estereotipos de género, ya que puede perpetuar la idea de que las mujeres necesitan un día especial para ser reconocidas o valoradas. Esto puede contribuir a la trivialización de los logros y desafíos de las mujeres el resto del año.

    3 – Exclusión de otros géneros: La designación de un día específico para las mujeres puede ser percibida como excluyente para otras identidades de género. Algunas personas argumentan que esta fecha debería ser inclusiva y reconocer a todas las personas que enfrentan discriminación de género, independientemente de su identidad de género.

    4 – Comercialización y trivialización: En algunos casos, el Día de la Mujer puede ser una fecha que se presta a la comercialización y trivialización, con enfoques superficiales que se centran en la venta de productos o en mensajes simplificados que no abordan los problemas reales que enfrentan las mujeres en la sociedad.

En TT siempre trabajamos para que las organizaciones a través de una profunda transformación cultural vayan evolucionando. Así como sugerimos este proceso para toda organización, como sociedad también deberíamos ir evolucionando y ampliando nuestro nivel de conciencia. 

Y, en ese camino de la evolución de la conciencia sobre estos temas, se busca:

    1 – Celebración de la diversidad en todas sus formas, reconociendo que todos tenemos una combinación única de cualidades, características y experiencias que no se limitan únicamente a lo que se considera tradicionalmente “femenino” o “masculino”.

    2 – Promoción del entendimiento y empatía entre personas de diferentes géneros, alentando a reflexionar sobre las percepciones y expectativas sociales asociadas con el género y cómo impactan en nuestras vidas.

    3 – Conciencia de género fluido fomentando una comprensión más amplia y respetuosa de la identidad de género, reconociendo que no todas las personas se identifican estrictamente como masculinas o femeninas.

    4 – Inclusión y respeto hacia todas las identidades de género, reconociendo que la expresión de género es una parte fundamental de la identidad de cada individuo.

    5 – Desafío de estereotipos de género fomentando una cultura que valore y celebre la diversidad en todas sus formas.

    6 – Alianza y colaboración entre las personas sin importar su género, en la lucha por la igualdad, reconociendo que todos pueden ser aliados en esta causa.

    7 – Revisión de nuestro rol personal para reflexionar sobre cómo cada uno puede abrazar y celebrar todos los aspectos de su propia identidad, independientemente de las expectativas sociales asociadas con el género.

En resumen, evolucionar la forma en la que reflexionamos sobre este día puede contribuir a una mayor inclusión, equidad de género y rompimiento de estereotipos, promoviendo así una sociedad más justa y respetuosa para todos.

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